Dinamarca y Suecia han sido testigos en las últimas semanas de una serie de protestas públicas en las que se han quemado ejemplares del Corán, lo que ha provocado la indignación de los países musulmanes, que han exigido a los gobiernos nórdicos que pongan fin a las quemas.
«El gobierno propondrá una legislación que prohíba la manipulación inapropiada de objetos con un significado religioso esencial para una comunidad religiosa», declaró en rueda de prensa el ministro de Justicia, Peter Hummelgaard.
«La propuesta hará así punible, por ejemplo, quemar en público un Corán, una Biblia o una Torá», dijo. El gobierno rechazó las protestas de algunos partidos de la oposición danesa que afirmaban que prohibir la quema de coranes atentaría contra la libertad de expresión.
«Creo fundamentalmente que hay formas más civilizadas de expresar las propias opiniones que quemando cosas», declaró Hummelgaard.
El ministro danés de Asuntos Exteriores, Lars Lokke Rasmussen declaró en julio que el gobierno intentaría «encontrar una herramienta legal» que permitiera a las autoridades impedir la quema de ejemplares del Corán frente a las embajadas de otros países en Dinamarca.
Según Hummelgaard, el incumplimiento de la nueva ley se castigaría con multas de hasta dos años de prisión. No dijo cuándo esperaba que el Parlamento votara el proyecto de ley.