Estados Unidos ha oficializado el reconocimiento como países soberanos a las Islas Cook y a Niue, dos territorios situados en la zona sur del océano Pacífico con los que Washington ha decidido establecer relaciones, con el objetivo de contrarrestar la posible influencia de China.
Biden ha anunciado los reconocimientos en dos comunicados en los que se ha mostrado «orgulloso» del gesto político, que coincide con una cumbre que arranca este lunes y a la que la Administración norteamericana ha convocado a los principales líderes políticos de los archipiélagos del Pacífico.
«Desde el primer día de mi Administración, me he comprometido a ser un aliado activo e implicado en el Pacífico», ha subrayado Biden, que ha recordado el lanzamiento de una estrategia política centrada específicamente en esta zona y la designación de un enviado especial. Confía en seguir trabajando con estos países para lograr» un futuro común que sea más seguro, más prospero y más libre».
El Gobierno estadounidense ha demostrado también el peso que concede a esta zona con la alianza a tres bandas AUKUS, de la que forman parte también Australia y Reino Unido, y con constantes avisos a las autoridades de China para marcar límite en cuestiones de soberanía o influencia. La zona también es clave por ser ruta comercial.
Esta previsto que en esta cumbre, Biden lance una ofensiva para bloquear la incursión china en una región estratégica para Washington.
Según se ha avanzado, la agenda a discutir incluye la promesa de Estados Unidos de asignar nuevos fondos para infraestructuras, incluida la mejora de la conectividad a Internet mediante cables submarinos.
Biden celebró una cumbre inaugural con los isleños en la Casa Blanca hace un año y tenía previsto reunirse de nuevo con ellos en Papúa Nueva Guinea en mayo. El plan se desechó cuando la crisis del techo de la deuda estadounidense obligó a Biden a acortar un viaje a Asia.
En la cumbre del año pasado con 14 naciones insulares del Pacífico, la administración de Biden se comprometió a ayudar a los isleños a defenderse de la «coerción económica» de China, y en una declaración conjunta resolvieron reforzar su asociación, afirmando que compartían la visión de una región en la que «la democracia pueda florecer».
La Casa Blanca declaró que el esfuerzo de este año se centraría en prioridades como el cambio climático, el crecimiento económico, el desarrollo sostenible, la salud pública y la lucha contra la pesca ilegal.