La Bombonera, uno de los estadios más emblemáticos de América Latina, podría vivir una transformación histórica si surge una propuesta ambiciosa para ampliarlo y modernizarlo. De esta iniciativa surge la organización Frente Único para el Orden y el Progreso, cuyo presidente, Pedro Orgambide, ha estimulado la idea de aumentar la capacidad del estadio hasta los 90.000 espectadores. Según la organización, este proyecto es fundamental no sólo para la institución, sino también para la comunidad de La Boca y el futuro del club.
Orgambide, que fundó la organización en 1953, ha planteado la importancia de la participación de todos los actores implicados, desde asociaciones y movimientos hasta la asamblea de representantes de los clubes. En un comunicado dirigido a la sede de Boca, en Brandsen 805, Orgambide explicó que el principal desafío, como en 1940, es el terreno donde está ubicado el estadio. La propuesta de ampliación y modernización de la Bombonera incluye la compra de inmuebles ubicados detrás de las gradas, concretamente los ubicados en la Calle Del Valle de Iberlucea, para permitir la ampliación del estadio.
La historia de La Bombonera comenzó el 25 de mayo de 1940, con su gran inauguración, cuando Boca Juniors perdió 2-0 ante San Lorenzo en un partido amistoso. La estructura del estadio fue diseñada por el arquitecto esloveno Viktor Sulčič, quien, inspirándose en una caja de bombas, le dio forma al que hoy es uno de los estadios más conocidos del fútbol mundial. Inicialmente, el estadio recibió el nombre de «Camilo Cichero» como sede del presidente de Boca Juniors quien impulsó su construcción, pero en el año 2000, tras la presidencia de Mauricio Macri, el nombre fue cambiado a «Alberto J. Armando», como Homenaje al presidente que presidió el club durante dos periodos históricos.
El actual presidente de la asociación, Pedro Orgambide, explicó en conversación con la agencia Argentina que el diseño original de La Bombonera debería ser mucho más grande. Sin embargo, debido a la falta de espacio, correspondió al arquitecto Delpini ajustar los planos. En 1961, se vio la necesidad de un estadio con capacidad para 100.000 personas y la pasión de la juventud de Boca Juniors ya no estaba a la altura del estadio original.
La propuesta de ampliación se considera una necesidad imperiosa para el futuro del club. Orgambide se dio cuenta de que el problema de la falta de espacio sigue siendo el mismo que enfrentaban en 1940. Por ello, se inició la compra de las propiedades aledañas que permitirían la ampliación del estadio. Esta solución, según Orgambide, no sólo beneficiaría al club, sino que también tendría un impacto positivo en la comunidad de La Boca, donde Boca Juniors sigue siendo una institución clave.
El proyecto de ampliación y modernización de la Bombonera no es una tarea sencilla en poco tiempo. Orgambide reconoció que este tipo de cambios no se dan con un gobierno de cuatro años, sino que requieren de una planificación a gran escala, que involucre a profesionales de la ingeniería, la arquitectura y el urbanismo. La propuesta también contempla la intervención de personal técnico y la creación de leyes tanto a nivel nacional como internacional que faciliten la implementación del proyecto. Para llevarlo a cabo es necesario contar con el apoyo y colaboración de diferentes partes interesadas.
El proyecto no sólo busca mejorar la infraestructura del estadio, sino también hacer de La Bombonera un lugar más sustentable, seguro y accesible para los chicos de Boca Juniors. Consideró que, considerando la importancia de la ampliación, el principal objetivo es mantener el estadio en el barrio de La Boca, un lugar emblemático para la historia de Boca Juniors y del fútbol argentino.
Actualmente, la capacidad del estadio es de aproximadamente 57.000 personas. Sin embargo, con la ampliación se espera que La Bombonera pueda albergar hasta 90.000 espectadores, lo que la convertirá en uno de los estadios más grandes del continente. Este cambio histórico le permitiría a Boca Juniors tener una infraestructura acorde con el calibre y la pasión de sus seguidores, y sería un hit en la historia del fútbol de América Latina.
El debate sobre la ampliación de La Bombonera es nuevo. A lo largo de los años han surgido diferentes propuestas para mejorar el estadio, pero ninguna de ellas ha podido materializarse debido a las complejidades de los terrenos aledaños y la resistencia de algunos sectores del club. Sin embargo, la iniciativa Frente Único para el Orden y el Progreso ha llamado la atención de diversos sectores del club y de la comunidad, generando un debate sobre el futuro del estadio y su capacidad de adaptarse a las exigencias de los tiempos modernos.
La Bombonera es más que un estadio para los hinchas de Boca Juniors. Es un símbolo de la historia, pasión e identidad de uno de los clubes más grandes del fútbol argentino y mundial. Desde su inauguración en 1940, ha sido testigo de innumerables momentos históricos, desde títulos nacionales e internacionales hasta los resurgimientos épicos que han quedado plasmados en la memoria colectiva de los héroes. La ampliación y modernización de La Bombonera no sólo sería una mejora en términos de capacidad y comodidad, sino también un reconocimiento a la historia del club en la base de sus seguidores, que han mantenido viva la pasión por Boca Juniors a lo largo de los años.
La propuesta también representa una pregunta importante sobre el futuro del fútbol en Argentina. A medida que el fútbol se ha globalizado y los estadios han tendido a adaptarse a las nuevas demandas del fútbol, los clubes deben buscar formas de mejorar su infraestructura para seguir siendo competitivos. En este sentido, la ampliación de La Bombonera será un paso importante para asegurar que Boca Juniors siga siendo una de las instituciones más relevantes del fútbol mundial.
La propuesta de ampliación de La Bombonera es, ante todo, una iniciativa que trasciende el ámbito de Boca Juniors. Es un proyecto que podría cambiar el panorama del fútbol en Argentina y América Latina. Si sale a la luz, será un testimonio del crecimiento y la evolución del fútbol en la región, y una demostración de la capacidad de los clubes para adaptarse a los desafíos del futuro sin perder de vista su identidad e historia.