A dos años de gobierno talibán, las mujeres de Afganistán pagan el precio de las prohibiciones

A dos años de gobierno talibán, las mujeres de Afganistán pagan el precio de las prohibiciones

En agosto de 2021, las tropas de EE.UU. y de la OTAN dejaron el país tras 20 años de guerra.

Los talibanes se establecieron como firmes gobernantes de Afganistán y tomaron el poder hace dos años, cuando las fuerzas de Estados Unidos y de la OTAN se retiraron del país tras dos décadas de guerra.

Cuando se cumple un segundo aniversario de aquel momento, el 31 de agosto de 2021, los talibanes no enfrentan una oposición significativa que pueda derrocarlos. Han evitado las divisiones internas alineándose detrás de su líder.

Han mantenido a flote una economía en dificultades, en parte mediante la celebración de negociaciones de inversión con países regionales ricos en capital, incluso cuando la comunidad internacional niega el reconocimiento formal. Han mejorado la seguridad interna mediante la represión de grupos armados como el ISIS y dicen que están luchando contra la corrupción y la producción de opio.

Pero es su gran cantidad de prohibiciones a las niñas y mujeres afganas lo que dominó el segundo año de los talibanes en el cargo. Les prohibieron la entrada a parques, gimnasios, universidades y trabajos en grupos no gubernamentales y de las Naciones Unidas, todo en el espacio de unos pocos meses, supuestamente porque no usaban el hiyab adecuado, la cubierta islámica para la cabeza, o porque violaron las reglas de segregación de género.



La suba al poder de los talibanes el 15 de agosto de 2021 ha endurecida la interpretación más estricta de la Sharia o ley islámica. Foto EFE

La educación

Estas órdenes siguieron a una prohibición anterior, emitida en el primer año del gobierno talibán, para evitar que las niñas asistieran a la escuela más allá del sexto grado.

¿Por qué excluyeron a las mujeres de la educación superior, de la mayoría de los trabajos y de los espacios públicos? Esa pregunta sigue vigente aún hoy.

Los talibanes dicen que están comprometidos a implementar su interpretación de la ley islámica, o Sharia, en Afganistán. Esto no deja espacio para nada que consideren extranjero o secular, como mujeres que trabajan o estudian. Es lo que los impulsó a fines de la década de 1990, cuando tomaron el poder por primera vez en Afganistán, y los impulsa ahora, desde que tomaron el control nuevamente en agosto de 2021.

Su líder supremo, Hibatullah Akhundzada, elogió los cambios impuestos desde la toma del poder y afirmó que la vida de las mujeres afganas mejoró después de que las tropas extranjeras se fueron y el hiyab volvió a ser obligatorio.

Los gobiernos extranjeros, los grupos de derechos humanos y los organismos mundiales condenaron las restricciones. La ONU dijo que eran un gran obstáculo para que los talibanes obtuvieran el reconocimiento internacional como el gobierno legítimo de Afganistán.

En tanto, la ayuda en el extranjero se está agotando a medida que los principales donantes dejan de financiar. La falta de fondos, así como la exclusión de las mujeres afganas de la prestación de servicios humanitarios esenciales, está afectando duramente a la población, empujando a más personas a la pobreza.

Desesperación

Casi el 80% del presupuesto anterior del gobierno afgano respaldado por Occidente provino de la comunidad internacional. Ese dinero, ahora cortado en gran medida, financió hospitales, escuelas, fábricas y ministerios gubernamentales. La pandemia de COVID-19, la escasez de médicos, el cambio climático y la desnutrición han hecho que la vida de los afganos sea más desesperada.

Los combatientes talibanes montan guardia en el lugar de la explosión a través de un hotel en la ciudad de la provincia de Khost, al este de Afganistán. Foto AP


Los combatientes talibanes montan guardia en el lugar de la explosión a través de un hotel en la ciudad de la provincia de Khost, al este de Afganistán. Foto AP

Afganistán está luchando con su tercer año consecutivo de condiciones similares a la sequía, el colapso continuo de los ingresos de las familias y las restricciones a la banca internacional. También sigue sufriendo décadas de guerra y desastres naturales. El Banco Mundial dijo el mes pasado que la moneda local, el afgani, ganó valor frente a las principales monedas.

Los talibán quieren que se eliminen las sanciones occidentales y que se liberen miles de millones de dólares en fondos congelados.

Pero por ahora la comunidad internacional solo adoptará tal decisión una vez que los talibanes tomen ciertas medidas, incluido el levantamiento de las restricciones a las mujeres y las niñas.

Agencia AP

PB

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