«Mejor morir en el templo que en las calles de Gaza»

Después de 14 días de bombardeos, la muerte llamó a las puertas de la iglesia de San Porfirio de la Ciudad de Gaza. Este templo ortodoxo de San Porfirio, uno de los más antiguos del cristianismo, se había convertido en refugio improvisado para familias cristianas de toda la Franja que confiaban en que fuera un lugar seguro. Se equivocaban. Un bombardeo dentro del complejo mató a 16 personas y causó importantes daños materiales en el recinto.

Mientras los cristianos rescataban a los suyos de entre los escombros, el Ejército declaró que «la iglesia no fue el objetivo» y aseguró «estar al tanto de los informes sobre víctimas» y que «el incidente está bajo revisión». El Consejo de Iglesias de Palestina respondió que «esto demuestra que los objetivos de la ocupación israelí son las personas desarmadas, los niños, las mujeres y los ancianos».

Un centenar de católicos

El bloqueo que sufre la Franja desde la llegada de Hamás al poder y la presión dentro y fuera de la verja de separación ha empujado a la mayoría de cristianos a abandonar Gaza en los últimos años y el número se ha reducido de unos 3.000 a apenas 1.000, la mayoría ortodoxos griegos, pero entre ellos hay también 117 católicos. Desde que estalló esta guerra las familias se han reunido en las iglesias católica y ortodoxa del barrio de Zeitun, donde también han encontrado refugio familias musulmanas de un barrio cuyo primer aviso serio llegó el martes con la masacre en el hospital anglicano, donde 471 personas perdieron la vida. Los palestinos acusan a Israel de una matanza que, según el Estado judío, se debió a un cohete fallido de Yihad Islámica.

Fadi Salfiti cambió Gaza por España en 2008, pero su familia permanece en una Franja que visitó por última en mayo. Sus padres, de avanzada edad, le llamaron hace pocos días en plena noche para decirle que dejaban su casa para quedarse en la iglesia. «Ahora viven en la iglesia católica del barrio, nunca en las ofensivas anteriores habían tenido que hacerlo, pero ahora la cosa es diferente, los israelíes no están enfadados, están como locos y bombardean en todas partes», afirma Salfiti, que está en contacto permanente con los suyos.

El Ejército llamó a las dos iglesias del barrio de Zeitun para ordenar la evacuación de todas las personas al sur del río, «pero hay mucha gente mayor y niños, no tienen transporte y están aterrorizados de moverse bajo las bombas. Han decidido que es mejor morir en la iglesia que en las calles de Gaza. Se quedan», explica Salfiti.

Sus primos y tíos estaban en San Porfirio en el momento del ataque y su primo Rami perdió a tres hijos. Los cristianos seguirán en las iglesias, donde pasan el día «con oraciones permanentes, se pasan los días y noches rezando», asegura Salfiti. Unas oraciones para que dejen de llover las bombas en Gaza que, hasta el momento, no han sido escuchadas.