Usó la red social para reunir a sus partidarios en Washington y atacar al vicepresidente Mike Pence, que buscaba en el Congreso certificar la elección del 2020 y el triunfo de Joe Biden.
Una batalla secreta entre la justicia de Estados Unidos y la red social X –antes conocida como Twitter— quedó al descubierto cuando se reveló que el fiscal especial peleó por varios meses y finalmente obtuvo una orden para investigar la cuenta de ex presidente Donald Trump sin que él lo supiera, según documentos judiciales revelados este miércoles.
El fiscal especial Jack Smith -que investiga al magnate por el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 y sus intentos de obstruir el sistema democrático estadounidense- consiguió una orden de registro sobre la cuenta del ex presidente Trump en X, en un caso decidido en julio.
La justicia ordenó a X, la compañía de Elon Musk, entregar los documentos solicitados por Smith y también multó a la empresa con 350.000 dólares por un retraso de tres días en el cumplimiento de la orden judicial.
El Departamento de Justicia (DOJ), que buscó por primera vez los registros en enero, también obtuvo una orden de confidencialidad que prohibía a X revelar la existencia o el contenido de la orden de registro a nadie, incluido el propio Trump.
Secreto
La presentación detalla una batalla de meses entre X y la oficina del fiscal especial para obtener información vinculada a la cuenta de Trump, sin que él lo supiera, con un tribunal de apelaciones que respalda un fallo de un tribunal inferior «en todos los aspectos».
«El tribunal de distrito encontró que había ‘motivos razonables para creer’ que revelar la orden al ex presidente Trump ‘pondría en grave peligro la investigación en curso’ al darle ‘la oportunidad de destruir pruebas, cambiar patrones de comportamiento, [o] notificar a los interesados'», señaló el Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos para D.C. en su fallo.
El fallo de marzo del tribunal inferior también encontró causa probable para buscar en la cuenta de Twitter de Trump «evidencia de delitos penales». Luego de que días atrás Trump fuera acusado de cuatro delitos graves relacionados con sus intentos de anular los resultados de las elecciones de 2020, la decisión fue revelada.
Trump criticó el miércoles la medida en las redes sociales, acusando al Departamento de Justicia de «no informarme sobre este importante ‘golpe’ a mis derechos civiles».
Es habitual que el Departamento de Justicia cite rutinariamente a compañías de comunicaciones y tecnología, pero los esfuerzos para buscar las llamadas “órdenes de mordaza”, que impiden que esas compañías alerten al sujeto de la búsqueda son más controvertidos porque puede plantear algunas contradicciones con la Primera Enmienda, que limita la intervención del gobierno sobre derechos civiles como la libertad de expresión.
Límites
El tribunal de apelaciones avaló la petición de Smith, determinando que la ventana de silencio de 180 días solicitada por el Departamento de Justicia estaba dentro de los límites legales, dada la naturaleza sensible de su investigación sobre el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2020 y las acciones de Trump.
Si bien Twitter expresó eso como una violación de la Primera Enmienda, el tribunal señaló que la compañía seguía siendo libre de discutir la investigación. “El objetivo de la orden de confidencialidad era evitar avisar al ex presidente sobre la existencia de la orden”, escribió el tribunal en su fallo de 34 páginas.
Los tribunales han permitido previamente tales órdenes de mordaza cuando existe el temor de manipular pruebas, intimidar a posibles testigos u otro peligro para una investigación.
Trump fue expulsado de Twitter dos días después del ataque del 6 de enero. Antes de la prohibición, Trump había usado la red social para reunir a sus partidarios en Washington y atacar al vicepresidente Mike Pence que buscaba en el Congreso certificar la elección del 2020 que había dado por ganador a Joe Biden y que el magnate consideraba fraudulenta.
La cuenta de Trump fue reactivada años después, cuando Twitter fue comprada por Musk, pero el ex presidente prefiere ahora utilizar su propia compañía Truth Social.
Washington. Corresponsal
PB