Squeezie o el dilema del “chico normal”

“Sólo un pero en mente: que lo conozcas como yo lo conozco. » Esta es la promesa de Théodore Bonnet, amigo de Squeezie y director de Apretón. gracias internetla serie documental dedicada al YouTuber y transmitida en la plataforma Amazon Prime a partir del viernes 19 de enero.

Sin embargo, los aproximadamente 18,7 millones de suscriptores del influencer más seguido de Francia en Youtube deben tener la sensación, desde hace mucho tiempo, de conocerlo bien. Han visto miles de horas de videos y transmisiones, han escuchado docenas de veces sus trucos como «todos» o «¿esto es bueno para ustedes?» », conoce la lista de videojuegos donde destaca y su gusto por la alta costuratienen vista previa de fotos de sus vacacionesmaneja a sus amigos o a su perro Natsu en las redes sociales, tararea algunas de sus canciones… A veces sabemos menos sobre nuestra propia familia.

El documental detrás de escena es a menudo prerrogativa de estrellas del pop y celebridades aparentemente inaccesibles o reservadas como Lady Gaga, Beyoncé o la banda femenina surcoreana Blackpink. Entonces, ¿por qué Lucas Hauchard, alias Squeezie, lo necesitaría para acercarse a sus fans, como hizo antes que él el rapero Orelsan (que también aparece en el programa dedicado al YouTuber)? Probablemente porque el «chicos normales», como se describe a sí mismo en el primer episodio, en realidad aceptó su condición de estrella hace mucho tiempo. Una personalidad “divinizada” por su público, como analizó el sociólogo Edgar Morin en los años 50. Capaz de reunir masivamente a sus fans, ya sea durante un juego gigante de escondite con más de 1.600 figurantes o en un gran premio de automovilismo, el GP Explorer, que atrajo a 60.000 espectadores in situ y 1,3 millones en Twitch.

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Los primeros camarógrafos que se lanzaron a principios de la década de 2010, como Squeezie, fueron jóvenes desconocidos que empezaron de la nada, filmando con los medios a mano en su dormitorio y sin esperar hacer una fortuna sino compartir su pasión. Señores y señoras de todos los días, camaradas inventivos y divertidos que además reforzaron el sentimiento de identificación de sus suscriptores dirigiéndose a ellos constantemente.

Desde que se filmaron delante de la cámara y tuvieron en cuenta los comentarios online o en directo, algunos han creado vínculos especialmente fuertes y han crecido con su público. En estas relaciones “parasociales”, como se les llama, la conexión emocional entre las personalidades de la red y su “comunidad” casi se acerca a un sentimiento de amistad, explicó en 2022 Tim Wulf, psicólogo de medios. Al distinguirse de las estrellas del cine o la televisión, los youtubers y los influencers han derribado, de alguna manera, la cuarta pared.

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