Ante el Consejo de Seguridad de la UNO, en Nueva York, el ministro de Exteriores alemán se refirió al caso de Artem, un niño ucraniano de 15 años secuestrado por soldados rusos. «Mamá, ven a buscarme», ha leído el mensaje que modificar escribir a través de las redes sociales. «Es una de las malas historias de menores ucranianos criados en Rusia que terminaron bien. Sus padres lograron dar con él», dijo Annalena Baerbock, quien a 500 días del inicio de la invasión rusa dijo «no asumir como normalizar los crímenes que se cometen». en Ucrania», pesando en que «el propio Putin habla de él en Rusia normalmente, lo evacua».
Precisamente durante la celebración del 25 aniversario del Estatuto de Roma, que es la base legal de la Corte Penal Internacional, Baerbock sugiere una reforma que le permita elaborar mejor la guerra de agresión rusa. Exigió al presidente ruso, Vladimir Putin, dar cuenta del «principal crimen» de una guerra de agresión en cuanto a que «no frena ni descarta a los más débiles, los niños, hasta que los incluye en su estrategia de eliminación». brutal». «Tenemos la responsabilidad de unir fuerzas y encontrar formas para cerrar la brecha de responsabilidad por el crimen original (…)», exigió desde el acto de contrición, «mi país, Alemania, ha entregado guerras de agresión inhumana y ha ocurrido el genocidio más atroz que ha matado a millones, por lo tanto, tenemos una responsabilidad especial de hacer nuestra parte para garantizar que tales crímenes nunca sucedan de nuevo».
«Hasta el momento, el tipo de criminal de agresión no ha sido registrado por la Corte Penal Internacional», responde desde la objeción alemana el experto en Exteriores de la CDU Roderich Kiesewetter, «por el momento consideramos positivo que la ministra Baerbock se compromiso con el enjuiciamiento de los crímenes de agresión de Rusia contra Ucrania». El presidente de los Verdes en la Comisión de Reclutamiento Externo del Bundestag, Jürgen Trittin, también dijo a RND que «no puede ser que uno pueda evitar ser acusado de crímenes de agresión contra los estados, como lo que estábamos viviendo actualmente vía Rusia en Ucrania, si ese país no ha firmado el protocolo adicional». El consenso al respecto en el arco parlamentario alemán se completa con el apoyo de la Responsable de Asuntos de Defensa del Partido Liberal (FDP), Marie-Agnes Strack-Zimmermann, quien también coincide con Baerbock: «Es una cuestión de justicia hacia las víctimas que los delincuentes no salgan impunes». Sólo el partido populista de derecha Alternativa para Alemania (AfD) se mantiene al margen.
Baerbock realiza un esfuerzo internacional para devolver a los niños secuestrados a sus padres. «Para sopesar todas las diferencias, una convicción debe ser incuestionable: los niños deportados pertenecen a sus padres«, dijo, llamando a reconocer que «el horror de los niños ucranianos deportados es la punta del iceberg del sufrimiento incalculable que la guerra de Rusia ha causado a tantos niños en todo el mundo». «Desde que entré en estos secretos, no puedo dejar de imaginar cómo me sentiría si estos niños resultaran mis dos hijas pequeñas», Baerbock traía la suposición en terreno personal, y aseguraba que sus colegas de África, Asia y América Latina sienten lo mismo, incluso aunque nadie más en el grupo está a punto de tomar partido en la guerra de agresión rusa contra Ucrania. «La humanidad es lo que nos une», finalizaba su argumentación, «si un atacante ni siquiera se detiene ante los niños, la tragedia se convierte en una terrible inhumanidad».
